sábado, 19 de octubre de 2013

Don Jorge Bonsor de Los Alcores (I)

George Edward Bonsor y Saint Martín nació en la ciudad francesa de Lille, el 30 de marzo de 1855 y murió en Mairena del Alcor en agosto de 1930, a la edad de 75 años.

Su padre fue un ingeniero inglés que trabajó en las minas de cobre de Riotinto y que destacó por la instalación en Sevilla y Cádiz de la fábrica de gas para el alumbrado público. Su madre, en cambio, era francesa y murió a temprana edad.

El joven Bonsor viajó por Europa acompañando a su padre en su trabajo, lo que facilitó que dominara varios idiomas. Además recibió una esmerada educación en diversos centros de Europa, estudiando Bellas Artes en Londres, Bruselas y en la Deutsche Shule de Moscú.

Influido por la imagen romántica que se tenía de España en la Europa decimonónica, llegó a nuestro país en 1879, con tan solo 24 años, con el propósito de buscar nuevos temas de inspiración para su pintura.Desde entonces, convirtió a España en su nueva patria, llegando a contraer matrimonio con dos españolas: primero con la carmonense Gracia Sánchez , en 1907, y en 1927, ya en la vejez, con la joven Dolores Simó. 

En sus viajes por la baja Andalucía llega a Carmona en la primavera de 1881, donde se establece hasta 1907, año en el que pasó a Mairena, permaneciendo en su rehabilitada residencia del Castillo de Luna hasta su muerte el 15 de agosto de 1930. 

Sin embargo, influido por la riqueza arqueológica de nuestra comarca, pronto deja a un lado los pinceles para centrarse en la arqueología, ocupación que llenaría el resto de su vida.

Durante más de cincuenta años realizará una incansable investigación arqueológica, centrándose fundamentalmente en la comarca comprendida entre los ríos Corbones y Guadaira, donde destacaron sus excavaciones en la necrópolis de Carmona, en los monumentos funerarios de Gandul, en la Cruz del Negro, Alcaude, Acebuchal, Alunada, Santa Lucía, entre otros, situando a Los Alcores en primera línea de la investigación arqueológica en España. 

Pero sus trabajos no solo se centraron en esta zona, pues abarcaron gran parte de Andalucía occidental (coto de Doñana, valle del Guadalquivir, Bolonia,...), incluso trabajó en el suroeste de Inglaterra.

Su labor arqueológica era metódica e infatigable. Solía trabajar instalando dos grandes tiendas de campaña a pie de la excavación: "Me despierto todos los días un poco antes de las cinco. A las cinco pongo a hervir el agua para hacer el café. A las cinco y media, el agua hierve; me levanto a las cinco cuarenta y cinco, y el café está ya listo. A las seis, los hombres concluyen de toma el café y se van a trabajar. Es entonces cuando escribo cartas, notas, etc.. A las siete me arreglo y arreglo la tienda. A las ocho, voy a ver los trabajos.."

Bonsor perteneció a una serie de arqueólogos europeos que contribuyeron con su labor pionera a la consolidación de la Arqueología como una disciplina científica y, por tanto, al nacimiento de la Arqueología Contemporánea.

Aunque sus primeras actividades arqueológicas tuvieron como marco el mundo hispanorromano con la excavación sistemática de la necrópolis romana de Carmona, sus temas más frecuentes son el colonialismo fenicio y en general la arqueología protohistórica del Bajo Guadalquivir. Otra de las grandes inquietudes arqueológicas de Bonsor a lo largo de toda su vida profesional fue la presencia de los celtas en Andalucía, un tema aún hoy de gran actualidad y ni mucho menos esclarecido. Las propias palabras de Bonsor en 1924 describen perfectamente el escaso conocimiento que se tenía de las culturas prerromanas:

“No hace aún medio siglo que los conocimientos sobre el origen de los pueblos, anteriores a la dominación romana, eran tan escasos que para escribir la historia de una población de reconocida antigüedad como Carmona, había que contentarse con copiar siempre las mismas declaraciones...su principio se pierde en la noche de los tiempos...”

Bonsor no centró sus esfuerzos en la excavación de yacimientos concretos y aislados, sino en explorar arqueológicamente un determinado espacio geográfico, los Alcores,lo cual le permitió establecer secuencias cronológicas y de esta manera detectar y excavar parcialmente yacimientos de muy distinta índole, por lo que sus contribuciones fueron muy importantes para la arqueología prehistórica, protohistórica, romana e incluso medieval de Andalucía Occidental.

Bonsor es el primero que trata de definir arqueológicamente la cultura tartésica, precisando su cronología, definiendo su demilitación territorial y su cultura material, así como sus costumbres funerarias. Los materiales exhumados por Bonsor en los Alcores son de gran importancia, contribuyendo de manera significativa al conocimiento y definición de Tartessos.

Bonsor empleaba un método plenamente científico. En este sentido cabe destacar el empleo de la representación gráfica, el uso de la cartografía, la utilización de fotografías, el análisis de la flora de los yacimientos,...Si todo ello es muestra de la modernidad con que Bonsor desarrolló sus trabajos arqueológicos no son menos significativos sus esfuerzos en la conservación de los objetos y yacimientos excavados.

Jorge Bonsor fundó dos museos, el de la necrópolis de Carmona, que es el primer museo de este tipo que ha existido en España y el del Castillo de Mairena del Alcor, donde reunió,además sus colecciones arqueológicas, otras no menos significativas de pintura española, entre las que destaca la serie de los pasajes de la vida de Santa Clara de Asís de Valdés Leal, así como distintos objetos de artesanía popular.

El arqueólogo acumuló una importante serie de honores y distinciones, entre las que destacamos las siguientes:
➢ Fue el fundador de la Sociedad Arqueológica de Carmona en 1885, junto a los hermanos Fernández López, el reverendo Sebastián Gómez y el comerciante Antonio Ariza.
➢ Miembro de las Academias de la Historia, de San Fernando y de la Hispanic Society of América.
➢ Fue nombrado Hijo Adptivo de Carmona en 1927.
➢ Director de la sección arqueológica de la Exposición Iberoamericana de Sevilla.
➢ Recibió la Gran Cruz de Alfonso XII en 1930 al donar al Estado la Necrópolis de Carmona y su Museo.
➢ Póstumamente, la avenida que conduce a la Necrópolis de Carmona fue rotulada con su nombre, del mismo modo que una de las calles que lleva al castillo de Mairena del Alcor.
➢ Cuatro años después de su muerte, en 1934, el ayuntamiento republicano de Mairena del Alcor le agradece su labor, rindiéndo homenaje al gran artista que consiguió hacer de un castillo en ruinas un verdadero museo de arte antiguo. 

Sin duda, este homenaje fue bien merecido, ya que Bonsor compró el Castillo de Mairena a la Junta de Acreedores del último Señor de Osuna en un estado totalmente ruinoso, y lo convirtió en su residencia habitual tras una amplia reconstrucción y en un museo donde situó su rica y variada colección arqueológica. Por tanto, la supervivencia del castillo de Luna se debió a Bonsor.

Muchos son, por tanto, los méritos de Bonsor, pero quizás el más importante fue convertir a los Alcores en una zona arqueológica de primer orden en el contexto europeo y ser todavía en la actualidad un referente indispensable para cualquier estudio de la Prehistoria e Historia Antigua de esta comarca, incluso de todo el valle del Guadalquivir.




Extraído de http://historiaviso.blogspot.com.es

miércoles, 16 de octubre de 2013